Lógica y persuasión en tesis doctorales y trabajos académicos

Diagrama de cajas del éxito en trabajos académicos uniendo lógica más persuación
La ecuación del éxito en trabajos académicos vista como lógica + persuasión.

Edición Agosto 2017

Tanto tesis doctorales como trabajos de final de máster (a partir de ahora los identificaremos con el término común trabajos académicos) son de una variedad asombrosa, lo que afortunadamente coincide con la variedad de las disciplinas académicas a las que sirven.

En cambio, aquello que otorga la excelencia a un trabajo parece más bien una constante. Nosotros  argumentaremos aquí que, a igualdad de otras condiciones, tal constante consiste en la suma armoniosa de la lógica y la persuabilidad.

Para explicar el significado y el rol de estos dos componentes, necesitamos diferenciar entre la investigación en sí, y el trabajo final que es el documento en el que se presenta la misma y que dará derecho, si todo ha ido bien, a un título académico, ya sea de doctor o de máster.

Este artículo no trata sobre lo que aquí llamamos la investigación en sí, sino sobre la memoria o trabajo final que, por ley, es necesario presentar para obtener el título académico correspondiente.

Antes de seguir, conviene situar el contexto para el que este artículo está pensado. Nos situamos en el ámbito de las Humanidades y las Ciencias Sociales, y aún más concretamente, en el momento en el que, una vez concluido el proyecto de investigación que conduce a un título de doctor o de máster, el tándem autor/director se enfrenta la tarea de ordenar los materiales y de planificar y redactar el documento final.

La idea que surge entonces es que, una vez finalizado el proyecto, el punto donde recae la mayor responsabilidad para demostrar que hemos hecho las cosas bien, y a ser posible, muy bien, es en el trabajo académico, al que nos hemos referido como documento o trabajo final.

¡Un momento!, dirán ustedes, ¿vamos a saltarnos todo el proceso de cómo hacer una buena investigación? Así es. Esta es la parte, con diferencia, más estudiada (y con razón), y no nos ocuparemos aquí. Si usted está aún empezando con su investigación, ojalá esta entrada le parezca útil, pero también puede leerla más adelante.

Si usted ya está a punto de concluir su investigación y debe planificar la redacción del trabajo final, entonces usted es el lector en el que estamos pensando. Usted está ahora (o debería estar) interesado en conseguir que la calidad de la buena (o muy buena) investigación que hizo quede bien demostrada.

También estamos pensando en el joven/no-tan-joven investigador que acaba de ingresar en la categoría de senior y está dirigiendo o tutorizando ahora sus primeros trabajos académicos.

La calidad percibida de un trabajo académico es un componente clave para el éxito

La experiencia de lectura en un trabajo académico

Debemos insistir en lo siguiente: aquello que va a determinar la calificación final de nuestro trabajo no es la calidad de la investigación en sí, por extraño (o injusto) que esto parezca.

La calidad de la investigación en sí la podemos considerar como un visado, algo sin lo que no podríamos ni siquiera pasar al siguiente estadio, que supone poder defender nuestro trabajo. Una vez en esta fase, lo que va a determinar la calificación es el documento final en el cual se concreta la tesis doctoral o el trabajo final de máster.

Muchos tratados ignoran la dicotomía investigación versus documento final, y la paradoja es que la calidad de la investigación es juzgada… por el documento final

Por lo tanto, todo nuestro esfuerzo será valorado a través de la experiencia de lectura que el documento final va a generar en los evaluadores (los miembros del tribunal). Y si por algo se caracteriza tal experiencia, es por la sensación o bien de fluidez o bien de fricción que va a producir su lectura.

Como podemos suponer, la primera favorecerá la aceptación por parte del evaluador, la segunda puede suponer el rechazo. Por alguna razón (que tal vez sea elemental) una experiencia de lectura que genera fricción produce también rechazo, incluso puede producir agresividad en el evaluador.

La pregunta que nos podemos hacer, entonces, es la siguiente, ¿qué elementos favorecen la experiencia de fluidez  y reducen la de fricción? La primera respuesta, sin duda, es un buen estilo de redacción.

Sin embargo, esto se puede aplicar a cualquier clase de escritura. Lo que necesitamos aislar son los elementos que, además, proporcionan esta experiencia a un trabajo de tipo académico. En esta entrada, argumentaremos que estos aspectos son de dos tipos:

  • Lógicos

  • Persuasivos

La evaluación de los trabajos académicos tiene un carácter fenomenológico: es la experiencia en la mente del evaluador lo que cuenta realmente

Doble condicionante

Si al lector le parece que buscar la fluidez de lectura es un objetivo menor debemos insistir que aquello que condiciona de forma definitiva el éxito de un trabajo académico es esta doble circunstancia:

  • El trabajo debe ser sometido a una evaluación por parte de una comisión o de un tribunal independiente; si esta evaluación no es superada, el trabajo, por duro que esto suene, no habrá servido para nada.

  • Tanto el autor como el tutor están moralmente obligados a perseguir la mejor cualificación posible.

El éxito de un trabajo académico no depende de su hipotética recepción pública, sino de su capacidad para superar una evaluación independiente

Es el carácter fenomenológico de la evaluación lo que hace que dotar de la mejor experiencia de lectura posible a nuestro trabajo, adquiera la máxima importancia. No buscamos provocar una buena experiencia de lectura (solamente) porque queramos satisfacer a nuestro ego. Necesitamos que sea la mejor experiencia posible porque necesitamos convencer a nuestros evaluadores que nuestro trabajo merece la mejor calificación.

diagrama que muestra la unión de la lógca y la persuasión en trabajos académicos como un modelo de estratos o capas
La ecuación del éxito en trabajos académicos vista ahora como un modelo de capas.

El modelo de estratos

Ya hemos señalado reiteradamente que, para todo lo que vamos a presentar aquí, necesitamos partir de una buena investigación. Sin esta condición, todo lo que sigue carece de sentido.

Por tanto, para encajar todas las partes, podemos imaginar tanto la lógica como la persuabilidad como capas que se superponen a una base, que es la investigación en sí y que, no nos cansaremos de repetir, debe ser una investigación de buena calidad.

Esta claro que el componente más importante es la investigación en sí, pero nosotros nos centramos en esta ocasión en el documento final.

Esta idea entonces nos permite concebir un trabajo académico como una estructura formada por tres niveles: un estrato base, que contiene la investigación y las dos capas de lógica y persuablidad que se superponen cuando preparamos la memoria o documento final en el que se concretará la tesis o trabajo final de máster, tal como muestra el diagrama siguiente:

Capa de persuasión
Capa lógica
Estrato base = investigación de calidad

Para dejarlo aún más claro, nuestra experiencia nos ha demostrado que una buena investigación, incluso una muy buena, que haya descuidado alguna (o ambas) de estas capas, será penalizada con una reducción de su calificación. En contraste, una investigación de calidad media, pero que haya cuidado muy bien estos aspectos, puede obtener una alta calificación.

¿Decepcionado por esta visión? No debería ser así. Los miembros de un tribunal no tienen porqué ser omniscientes. Si el trabajo no exhibe una gran calidad formal, no podemos esperar que sus superpoderes sean capaces de detectar la gran calidad de la investigación.

Por otro lado, un trabajo académico es un ejercicio. Y forma parte del mismo que el autor demuestre que es capaz de desplegar la clase de competencias formales que se espera del mismo.

No debemos esperar omnisciencia de los miembros que van a juzgar nuestro trabajo, ni siquiera que estén motivados para leerlo

La capa lógica en trabajos académicos

No nos estamos refiriendo aquí a la estricta lógica formal, por ejemplo, a las reglas que determinan cuándo un razonamiento posee una estructura que lo hace correcto, o a las que permiten hacer inferencias válidas. Ya hemos avanzado que esta clase de rigor, en este artículo, lo damos por supuesto como parte de la investigación que está en la base del trabajo académico.

Nos referimos a esa cualidad percibida en un trabajo cuando todas sus partes se entienden como necesarias y parecen encajar con total naturalidad entre ellas. 

capa lógica = consistencia + conectividad

Dicho de otro modo, la primera virtud de una obra de pensamiento es la calidad percibida de su consistencia. Se consigue cuando todos los constructos importantes de la investigación han sido definidos sin ambigüedad y su uso a lo largo del trabajo está exento de contradicciones.

La segunda virtud es la conectividad, que se consigue cuando todos los componentes del trabajo son claramente necesarios y existe a la vez un claro y explícito nexo de unión entre ellos.

El rol de la introducción y las conclusiones

En un trabajo académico, las dos secciones que, de modo más significativo, deben ser capaces de exhibir la capa lógica de modo principal son la Introducción y las Conclusiones.

Por supuesto, la parte más importante de un trabajo académico es el cuerpo del mismo. Pero donde antes se aprecian su posibles problemas de consistencia es en las dos secciones señaladas. La introducción es la primera que leerá (por razones obvias) y las conclusiones son las que le ayudarán a formarse un juicio final. Si no encajan bien, tendremos un problema.

Como es sabido, en la introducción, entre otras cosas se presentarán los objetivos y las preguntas de investigación. Y las conclusiones se debe dar cuenta de ellos. La correspondencia debe ser total, incluso en el apartado más estrictamente formal.

Las preguntas de investigación deberán reproducirse exactamente igual en las conclusiones, pero ahora para darles respuesta.Y se deben tomar todas y cada una de las preguntas y deben ser analizadas y respondidas una por una.

Lo mismo deberemos hacer con los objetivos. Si hemos presentado varios objetivos en la introducción, en las conclusiones deberemos revisar exactamente los mismos objetivos y dar cuenta de qué hemos conseguido en cada uno de ellos.

Cuerpo del trabajo

Ahora bien, entre la introducción y las conclusiones, tenemos nada menos que el cuerpo del trabajo. La investigación en sí misma. Para que el trabajo presentado esté ausente de contradicciones no basta con una buena base (la triada del diagrama anterior).

Esta buena base es la condición necesaria, pero no es suficiente. La extensión típica de una tesis doctoral y su forma de desarrollo, demasiadas veces por acreción, hará que este llena de pequeñas (o grandes) contradicciones.

Los trabajos académicos de larga gestación, como las tesis doctorales, crecen por acreción, lo que, sin una posterior revisión, favorece las incoherencias en el resultado final

Es necesario, una vez el trabajo acabado, pero antes de entregar la primera versión para evaluación externa, realizar varias revisiones del trabajo, al menos tres, según nuestra experiencia, cada una de ellas para revisar un aspecto distinto, única forma de eliminar todas las incoherencias y contradicciones, que inevitablemente, hemos ido acumulando con esta forma de desarrollo de una tesis que hemos llamado acreción.

Si tenemos suerte, solamente detectaremos incoherencias de pequeña importancia por si solas (como nombrar las mismas cosas de forma diferente a lo largo del trabajo, o presentar de forma inconsistente los objetivos en diversas secciones, etc.).

Son pequeñas cosas, pero ocurre que, juntas pueden causar un efecto desastroso en el evaluador, así que hay que eliminarlas, una por una, y para esto hay que revisar el trabajo, página a página, varias veces (al menos tres, como ya hemos señalado).

A veces, además, puede emerger una contradicción, algo que es de mayor calado, y que puede ser real o ser solamente aparente. No habrá más remedio que afrontarla con calma y hacer los cambios que sean necesarios para que esa contradicción si es aparente, deje de parecerlo. Y si es real, habrá que hacer todos los cambios que sea necesario en el enfoque, en el discurso, en el análisis de los datos, en las conclusiones, etc. para eliminarla.

Si hay que sacrificar alguna parte del trabajo, siempre podremos rescatarlo llevándolo a la sección de anexos, pero hemos de aborrecer las contradicciones o nos veremos en un serio riesgo de que nuestro trabajo sea valorado con una calificación muy baja e incluso rechazado.

La conocida fórmula objetivos +  marco teórico y metodológico + preguntas de investigación puede funcionar muy bien en proyectos cuya duración se mida en meses. Si se mide en años, hay que contar con el «efecto acreción»

La conectividad

La conectividad, por su parte, es el hilo continuo que nos lleva de la introducción a las conclusiones, pasando por los diferentes capítulos del cuerpo central del trabajo. En un trabajo académico a la vez todo debe ser necesario y estar conectado.

Dicho de otro modo, no podemos permitir que haya partes de nuestro trabajo cuya conexión y pertinencia en relación al resto del material no sea evidente. Si tal conexión es intrínseca, pero no evidente, debemos tomar las medidas para que lo sea, o debemos retirar esa parte.

En concreto, la conectividad se debe manifestar en la relación entre el objeto de estudio, el marco teórico que hemos utilizado, la metodología de análisis, los resultados obtenidos y las conclusiones. De este modo, cada capítulo del trabajo debe estar conectado con el que le precede y justificar la necesidad del que le sigue.

Un trabajo académico exhibe conectividad cuando todas sus parte aparecen como necesarias y bien enlazadas entre sí

Dada la necesidad de su íntima unión, a veces la conectividad y la consistencia se pueden confundir fácilmente, y de hecho a veces, no es que se confundan, es que son lo mismo, pero otras veces  necesitamos diferenciar ambas cosas.

Por ejemplo, la consistencia en un trabajo puede quedar garantizada si hemos sabido eliminar toda incoherencia y, sobre todo, cualquier atisbo de contradicción. Sin embargo, puede suceder que hayamos elegido una metodología que no encaja bien con el objeto de estudio, con lo cual hemos perdido la conectividad. O hemos introducido un capítulo cuyo contenido carece de conexión con el resto de los capítulos, otra forma de atentar contra la conectividad sin que afecte a la consistencia si la entendemos como no contradicción, etc.

La capa de persuasión

capa de persuasión = calidad formal + visualización de la información

Siguiendo con nuestro modelo de capas, se supone que, partiendo de una buena base, ya le hemos añadido la capa lógica. Nos queda la capa de la persuasión. Podemos decir que un trabajo posee persuabilidad cuando es capaz de convencer a quienes lo examinan de que es un producto de la máxima calidad.

Esta persuasión es una forma de influencia. Un trabajo persuasivo es un trabajo que, literalmente, persuade a sus lectores, los convence de que aquello que tienen entre sus manos posee un gran valor.

Ya hemos señalado que sus dos componentes son la calidad formal y la visualización de la información. Vamos a examinarlos.

Calidad formal

La calidad formal implica sencillamente (o nada menos) que todo el trabajo debe ser formalmente impecable. Es uno de los casos en los que, como diría un economista, el segundo óptimo no funciona.

No podemos tener todo el cuerpo del trabajo perfecto, pero el apartado de la bibliografía mal resuelto (incompleta o con normas de citación mal aplicadas, por ejemplo), o los índices de contenido desestructurados, o errores en la numeración de tablas y figuras equivocadas, diagramas sin títulos o tablas de datos sin mención de la fuente, errores ortográficos, mala sintaxis, etc.

El segundo óptimo no es una opción aceptable en un trabajo académico por lo que hace a la calidad formal

Por tanto, todo lo que interviene en el aspecto formal debe ser cuidado al máximo: tipografía, títulos, paginación, numeración de figuras, uso de gráficos, coherencia estética global, etc. La calidad formal, por sí sola, consumirá (al menos) una de las tres oleadas de revisión que hemos indicado.

«La Visualización de la Información es la disciplina que se encarga de la representación visual de contenidos proposicionales mediante el uso de diagramas, gráficas y esquemas para facilitar la aprehensión, la interpretación, la transformación y la comunicación de esos contenidos a través de esas representaciones visuales» (Mario Pérez-Montoro, 2009)

Visualización de la información

Por este término hacemos referencia al siguiente hecho: ningún trabajo será suficientemente persuasivo sin un aparato o componente gráfico. Como no es necesario que una información sea intrínsecamente gráfica para que pueda tener un tratamiento gráfico o visual, es por lo que lo denominamos visualización de la información, y por otro afirmamos que este componente siempre debe estar presente.

mapa conceptual de la calidad en trabajos académicos
Ejemplo de mapa o de red semántica. En la ilustración: un mapa conceptual interactivo (se puede hacer clic en la imagen para visualizarlo) sobre calidad en trabajos académicos. Los temas tratados en este artículo corresponden a los dos nodos de color azul. Fuente: elaboración propia.

Es decir, no necesitamos una tesis sobre fotografía para poder añadir componentes gráficos. Una tesis sobre el más abstracto de los conceptos, pongamos sobre la agenda setting o sobre la espiral del silencio (por limitarnos a temas de Comunicación Social), seguirá teniendo todas las posibilidades de recibir tratamiento gráfico. Esta visualización de la información debe ir, al menos, a cargo de tres clases de componentes:

  • Diagramas o infografías
  • Imágenes o fotografías
  • Redes o mapas conceptuales

A los anteriores podemos unir un cuarto componente que algunos consideramos imprescindible aunque no sea, en sentido estricto, de tipo gráfico. Pero el hecho es que cumple una función similar por lo que suele incluirse en el repertorio de recursos de la visualización de la información. Nos referimos a:

  • Matrices o tablas
ejemplo de matrices-tablas en trabajos académicos
Ejemplo (muy simple) de tabla, como uno de los componentes funcionales del aparato gráfico (aunque no es un gráfico estrictamente hablando)

Recordemos que, de acuerdo con los principios de la visualización de la información cualquier contenido, así como cualquier conjunto de ideas o de datos, puede ser representado de manera gráfica (o pseudo gráfica) mediante alguna de las cuatro formas que hemos señalado antes.

La cuestión es que, cualquier trabajo académico es susceptible de poder ser completado con componentes de los cuatro tipos que hemos señalado antes, pero lo que queremos resaltar aquí es que esta capa e visualización de la información tiene un impacto directo y enorme en la persuabilidad de cualquier trabajo.

logica+persuasion en trabajos académicos
Lógica y la persuabilidad como relación de influencia mutua. De paso, un ejemplo de diagrama para el aparato gráfico de un trabajo académico

Para expresarlo más claramente: si un trabajo aspira a la máxima persuabilidad, debe contar con la necesidad de añadir, cada pocas páginas (no me pregunten cuántas exactamente, ¿cinco, diez?) o bien una imagen, o bien un diagrama o bien una red, o bien una tabla (o dos o más de estos componentes). Más claro imposible. Incorporen por tanto este chequeo a sus trabajos cuando los revisen: ¿hay cada «pocas» páginas un componente de visualización de la información?

Si necesitan argumentos generosos o éticos, y no solo de persuasión (intrínsecamente egoístas) para quedarse tranquilos piensen que el componente de visualización de la información cumple también estas funciones:

  • Transformar ideas originalmente en forma de discurso en un formato visual, es un test de la calidad de tales ideas

  • Tablas y gráficos son los dos mejores procedimientos para sintetizar datos cualitativos
  • Ayuda al lector a seguir y a comprender los razonamientos y propuestas del autor

  • Obliga al autor a un esfuerzo de coherencia y transparencia adicionales

  • Refuerza la consistencia general del trabajo

El modelo circular

Para poder presentar el rol y los componentes de los aspectos lógicos y persuasivos en un trabajo académico hemos usado un modelo de capas. Naturalmente, también podríamos utilizar un modelo circular si lo que queremos poner de manifiesto es la relación de influencia mutua de estos componentes.

Según esta relación, el componente lógico ayuda a la persuabilidad, y ésta a su vez ayuda a la lógica a exhibir su máxima coherencia. La consistencia empuja hacia la conectividad, y ésta exige y refuerza la lógica, etc.

Ver el modelo como capas ayuda a pensar en fases: primero la redacción del trabajo, luego las necesarias revisiones para asegurar la capa de consistencia y conectividad, y finalmente las últimas revisiones para asegurar la calidad formal y añadir cuantos elementos de visualización de la información podamos permitirnos.

En el modelo circular podemos elegir que la persuabilidad es la clave y la fluidez de lectura uno de sus componentes en lugar del resultado

Verlo como un modelo circular de influencia mutua nos ayuda en entender que en cualquiera de las fases podemos necesitar revisar aspectos de las fases anteriores. Pero además, nos permite elegir cómo concebir las relaciones de cada componente ya que, en un círculo podemos designar de forma arbitraria cualquier inicio.

Podemos considerar, si así nos sentimos más cómodos que es la persuablidad la que proporciona el éxito, y que ésta viene de una buena experiencia de lectura, por ejemplo. Nosotros, preferimos pensar en la fluidez de lectura como meta última porque nos ayuda a enfocar los objetivos. Pero, seguramente, un experto en teoría de sistemas nos diría que ambas cosas son ciertas a la vez por la sencilla razón de que están en una relación de influencia recíproca.

El modelo de lista de chequeo

Por último, otra forma de ver las propuestas presentadas aquí es como parte de una posible lista de chequeo para las sucesivas revisiones del manuscrito de una tesis o trabajo final de máster antes de entregarlo para su depósito y defensa. Recordemos que en toda nuestra argumentación, estamos dando por supuesto que los componentes de calidad de la investigación han sido satisfechos, por lo tanto, ahora «solamente» consideramos en nuestra lista de chequeo los aspectos lógico-persuasivos.

En este sentido, es fácil derivar, de todo lo anterior, una lista de chequeo, en forma de tabla, que podría tener este aspecto:

ejemplo de lista de chequeo para la revisión de rtabajos académicos
Ejemplo de posible lista de chequeo con los aspectos lógico-persuasivos presentados en este artículo. Puede servir para retener todos los aspectos que debemos revisar antes de entregar el manuscrito final de una tesis doctoral o un trabajo final de máster

Si, como señalamos reiteradamente a riesgo de la saturación, la investigación de base es buena, un manuscrito que supere la lista de chequeo anterior generará un trabajo académico excelente.

Acto de defensa de trabajos académicos: preparación y presentación

Este artículo estaría incompleto sin dedicar un apartado al acto de defensa. Los trabajos académicos suelen requerir un acto de defensa público para su aprobación final, que queda a cargo de un tribunal compuesto por entre 3 y 5 profesores o expertos. La mayoría de los tribunales consideran el acto de defensa como una parte de la calificación final. Por ejemplo, entre las recomendaciones de la Agencia de Calidad del Sistema Universitario de Cataluña sobre trabajos académicos, se propone una rubrica o modalidad de evaluación donde el acto de presentación es un componente de la nota final.

El impacto total en la calificación, podrá ser mayor o menor, pero lo que es seguro es que resultará casi imposible conseguir una calificación de la zona alta si la presentación no ha sido de mucha calidad.

La recomendación aquí es simple: nunca debemos permitir que el acto de defensa oficial sea la primera vez que el candidato presenta su trabajo, porque entonces los errores no tienen solución. En nuestro grupo siempre procuramos que, por el contrario, el acto oficial de defensa sea en realidad al menos la tercera vez que el candidato la lleva a cabo.

El acto de defensa oficial debe ser, al menos, la tercera vez que el candidato lleva a cabo tal presentación

¿De dónde salen las otras dos? Nosotros procedemos así: preparamos al menos una simulación totalmente realista del acto de defensa. Para ello, el candidato tiene que presentar su trabajo como si estuviera delante del tribunal, además procuramos contar con público real (pedimos a compañeros del departamento o a colega de confianza de otros departamentos interesados en el tema que asistan a la sesión). Al final de este acto, los directores o tutores, más el público invitado, presenta todas las observaciones y pegas posibles, así como todas las recomendaciones que se les ocurran para mejorar la presentación.

Una vez el candidato ha incorporado las recomendaciones y ha subsanado los posibles fallos, al menos hace una simulación más, si puede ser con público, de la que tal vez vuelven a salir algunas propuestas de mejora, y en todo caso sirve para el candidato adquiera seguridad y soltura. 

Esta versión resultante la volvemos a revisar los tutores y directores del trabajo, por si acaso, y si el candidato dispone de tiempo (estas simulaciones conviene acercarlas mucho al acto real, por tanto) vuelve a hacer una simulación aunque sea en privado para asegurar el la máxima fluidez (sí, aquí también) y soltura en la presentación.

Aunque parezca sorprendente, algunas veces nos ha sucedido que no hemos detectado algunas inconsistencias aparentes justo hasta llegar a estas presentaciones simuladas (cuando ya hemos depositado el trabajo para optar a la defensa).

No es una buena noticia encontrar inconsistencias en este momento, pero si se detectan antes de la lectura, siempre será posible argumentar en el acto de presentación de forma que tal inconsistencia quede solucionada o atenuada al máximo.

También podemos practicar la humildad científica, reconocer el error y así dar muestra de que podemos solucionarlo. Esto puede suponer que a un miembro del tribunal que la hubiera detectado en la lectura, le damos la opción a que no penalice tanto el trabajo por esta cuestión, y tal vez conseguiremos, por el contrario, ganarlo para que proponga la máxima nota.

En una presentación sigue siendo válida la recomendación de E. Tufte acerca del ratio tinta:información = 1

Por último, algunas recomendaciones sencillas sobre el documento de la presentación:

  • Hacer un número de diapositivas que permita llevar a cabo la presentación en el tiempo máximo estipulado por la normativa (en España suelen ser 45 minutos para tesis, y unos 25 minutos para trabajos final de máster). Por tanto, su número debe estar bien calibrado. Si calculamos que dedicamos un minuto a cada dispositiva, podremos ir con una presentación de 40 o 45 diapositivas como máximo en el caso de una tesis, nunca con 80 o 90.

  • Evitar los adornos y la multiplicación de colores y familias tipográficas, para evitar que parezca un trabajo de secundaria. Aquí sigue siendo válida la recomendación de que la relación tinta/información sea igual o cercana a 1 (Edward Tufte) lo que significa que no debe haber «tinta» dedicada solamente a adornos.

  • No llenar nunca las diapositivas de texto. El texto de cada diapositiva deben ser siempre en forma de unos pocos ítems de una o dos líneas de texto cada una.

  • No hay problema con los gráficos de todo tipo, siempre que sean justificados, es decir, que sean funcionales, no de adorno.

  • Optimizar la legibilidad: fondo blanco, con letras negras.

  • Numerar siempre las diapositivas

Conclusiones

Una buena investigación de base es condición necesaria, pero no suficiente para el éxito de un trabajo final de máster o de una tesis doctoral. Para garantizar este éxito necesitamos además de sendas capas de lógica y de persuablidad que se añadirán a la memoria de la investigación, y por tanto al documento final, que es el que será evaluado.

La razón es que el éxito de un trabajo académico no se basa en su posible recepción por parte de un hipotético público interesado, sino en: 1) ser aprobado por los miembros de una comisión o tribunal independiente; 2) conseguir una calificación de la zona alta (en España, sería la zona del Sobresaliente, o sea en la franja del 9-10 sobre un máximo de 10).

En este trabajo, hemos intentado explicar y justificar que perseguir la mejor experiencia de lectura posible nos ayuda a cuidar aspectos vitales para asegurar los dos objetivos anteriores. 

Para ello, hemos aportado aquí lo que hemos comprobado reiteradamente por nuestra propia actividad, no solamente como director o tutor de trabajos académicos, sino como miembro de tribunales y evaluador externo a lo largo de muchos años.

Cada uno de los problemas que se han señalado, como las inconsistencias debidas al crecimiento por acreción de estos trabajos proceden de reiteradas experiencias personales. Por otro lado, el efecto de transformación positiva que aparece después de aplicar las dos capas tantas veces mencionadas ha sido experimentado repetidas veces.


Fuentes

  • Bibliografía. Remitimos a la amplia bibliografía disponible en la página de recursos sobre investigación cualitativa  y que incluye decenas de títulos recientes, que además seguiremos ampliando en ediciones sucesivas.
  • Glosario selectivo del autor sobre conceptos vinculados con la investigación cualitativa.
  • Mapa conceptual que incluye otros componentes de calidad, además de los vistos aquí, y un nodo con enlaces a recursos en línea sobre el tema.
  • Visualización de la información:
    • Fuente de la definición citada en el texto del profesor Mario Pérez-Montoro
    • Para la ratio tinta/información y otras recomendaciones de visualización de la información: se recomienda este trabajo del mismo autor.
    • Haciendo clic aquí se puede consultar la página de resultados de WorldCat.