Introducción
Entendemos por información científica aquella que contiene y difunde los resultados de la investigación por medio de diversos tipos de documentos, entre ellos, los artículos de revista, las monografías académicas, las tesis doctorales, las actas de congresos o las patentes, entre otros. Cada uno de ellos tiene sus propias características intrínsecas y dispone de sistemas de acceso (parcialmente) diferenciados.
Desde un punto de vista económico, la información científica constituye un importante sector específico que dispone de una potente industria editorial que se ha focalizado tanto en la publicación de contenidos como en facilitar el acceso a ellos (las bases de datos).
En los últimos años, se han incrementado los procesos de concentración empresarial (Larivière 2015) que han situado al frente del sector a grandes corporaciones como Reed-Elsevier, Wiley-Blackwell, Springer, Taylor & Francis o Sage.
En estos momentos, la información científica está inmersa en dos cambios disruptivos. En primer lugar, la digitalización de la gran mayoría de sus contenidos, un proceso que ha llegado prácticamente a la totalidad de la oferta actual tanto de revistas científicas como de monografías o tesis doctorales. En segundo lugar, la difusión en la modalidad del libre acceso (open access) que cuenta con un alto apoyo institucional que ha llevado a situar el volumen de documentos científicos en abierto entre el 20 por ciento (Chen 2014) y el 50 por ciento (Archambault 2013) del total.
Se trata de dos cambios relativamente recientes, ya que inician a partir de 1990 y, sin embargo, ya están consolidados (en el caso de la digitalización) o lo estarán muy pronto (en el caso del acceso abierto).
No obstante, aún existe el problema del acceso a la información que se puede expresar en dos preguntas relacionadas: ¿Cómo se pueden localizar los documentos de mayor calidad y relevancia y cómo se puede acceder a ellos? ¿Qué instrumentos actuales existen para facilitar a los investigadores la localización de referencias científicas que ofrezcan garantías para su trabajo?
Para responderlas, tenemos que acudir a los Sistemas de Información Científica (SIC), creados para facilitar el acceso a los documentos científicos de interés para los académicos. Los primeros SIC —las soluciones tradicionales— fueron los catálogos de biblioteca, por un lado, y los boletines bibliográficos y de resúmenes, por otro.
A finales de 1970, aparecieron las primeras bases de datos bibliográficas y, a partir del año 2000, los motores de búsqueda académicos (con Google Académico al frente) y también otros servicios y productos como las redes sociales académicas, que han ampliado la oferta de SIC para los investigadores. En este contexto, nuestros objetivos son tres:
- Definir el concepto de SIC.
- Establecer una categorización o taxonomía de la oferta global de SIC existente en la actualidad.
- Identificar los hábitos de consulta de los académicos respecto de los SIC.
(…)
Forma recomendada de citación
Abadal, Ernest; Codina, Lluís. “Taxonomía, evolución y uso de los sistemas de información científica”. En: Torres Vargas, Georgina Araceli (Coord.) Estudios de la información: teoría, metodología y práctica. México. UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información, 2018, pp. 161-180 (ISBN: 978-607-30-1232-4)