Redacción de artículos científicos · 3: revista, manuscrito, revisiones

Diagrama para seleccionar revistas para artículos científicos
Criterios para seleccionar revistas para enviar manuscritos

Seleccionar la revista académica, preparar los manuscritos y atender y responder a los informes de evaluación son los tres elementos sobre redacción de artículos científicos que nos ocupan en esta entrega.

En episodios anteriores…

Vamos a recordar el plan completo de la serie, indicando la ubicación de la entrega actual, las que ya se han publicado y la que nos queda para la próxima entrega:

Primera entrada > ya publicada

  • Naturaleza
  • Fases
  • Autoría

Segunda entrada > ya publicada

  • Estructura
  • Estilo
  • Composición

> Tercera entrada <

  • Revista
  • Manuscrito
  • Revisiones

Cuarta entrada (próximamente)

  • APC
  • Servicios para autores
  • SEO académico

Seleccionar la revista académica para enviar artículos científicos

Vamos a recordarlo de nuevo: un artículo científico es el reporte de una investigación. Así pues, una vez hemos completado una investigación, que puede ser autocontenida, o parte, a su vez de un proyecto más amplio (una tesis doctoral, p.e, o un proyecto financiado), ya podemos dar el siguiente paso que consistirá en seleccionar las revistas candidatas a las que enviar nuestro manuscrito.

Revistas para enviar nuestro manuscrito

Nunca debemos enviar el mismo manuscrito a más de una revista (a la vez). Muchas revistas lo advierten expresamente. Pero, incluso aunque no lo hagan así, es una norma fundamental que mientras un trabajo está en revisión en una revista, este no se puede mandar a ninguna otra.

¿Porqué debemos seleccionar varias revistas?

¿Porqué usamos el plural entonces? La razón es simple. Nada nos garantiza que tengamos éxito con la primera revista a la que enviemos el manuscrito. Si está pensando que la calidad de la investigación es la garantía, piense otra vez. Es relativamente frecuente que un trabajo no sea aceptado sin que las razones tengan que ver con la calidad. De hecho, son famosas las anécdotas de premios Nobel de ciencia que vieron rechazados inicialmente sus trabajos en alguna revista, o gloriosos ganadores del Nobel de literatura que no tuvieron éxito ni con la primera ni con la segunda editorial a la que enviaron su libro.

Para bajar a un nivel más terrenal, podemos mencionar causas de rechazo en manuscritos, que son independientes de la calidad, como las que siguen:

  • La revista ya ha publicado recientemente varios artículos de la misma temática, o de la misma metodología. Entonces, los editores pueden considerar que deben dar espacio a otras temáticas para no perder influencia en otros ámbitos.
  • El tema de nuestro manuscrito o el hecho de que presente resultados negativos, puede hacer prever a los editores que recibirá poca atención, por lo cual tendrá pocas citas. Por ello, pueden preferir otros trabajos por poco que tengan exceso de originales.
  • Por haber elegido mal la revista, error del que nos sacarán de nuevo los editores con su rechazo.
  • Por errores en aspectos formales del manuscrito, p.e., una anonimización deficiente, o un ajuste a los requerimientos de formateo de la revista, etc.

Además de los anteriores, que en buena parte se pueden prevenir con las cuestiones que veremos en el siguiente apartado, otros motivos de rechazo pueden venir como resultado de deficiencias en el proceso de evaluación (peer review), entre las que podemos citar las siguientes:

  • Evaluaciones a cargo de no expertos. Pese a que el nombre del proceso, «peer review», hace referencia a una evaluación efectuada por expertos al menos del mismo nivel de competencia de los autores, esto no siempre sucede. Es algo que cualquier autor experimentado ha comprobado de forma más o menos dolorosa. Casi todos hemos recibido en alguna ocasión un rechazo típico de esta situación sobre todo cuando intervienen dos evaluadores (la mayor parte de las revistas usa dos evaluadores, otras pueden usar tres o más) y los editores de la revista se limitan trasladar decisiones, sin que entren a examinar la calidad de las evaluaciones. Los evaluadores deberían declinar la invitación a evaluar trabajos en temas en los que no son expertos, pero todos los que acumulamos suficientes años como autores podemos atestiguar que no siempre es así.
  • Evaluaciones deshonestas, sesgadas o erróneas. Las evaluaciones las hacen seres humanos. No podemos esperar la perfección. A veces hay evaluadores deshonestos, aunque por suerte algo muy poco frecuente. Otras veces, son evaluadores contrarios a una teoría o una corriente académica que se deja llevar por sus sesgos, y otras simplemente evaluadores que no han leído bien o no han entendido el trabajo y su juicio entonces es erróneo.
  • Enfrentamientos, celos académicos y conflictos de interés. Este motivo también es infrecuente, no queremos fomentar teorías conspirativas, pero es algo que también sucede. Un evaluador puede ser hostil a un trabajo que siente que invade su propia especialidad y que, para peor, posiblemente no le cita; o un evaluador puede rechazar un trabajo para no ayudar a equipos con los que considera que está en competencia, etc.

La mayor parte de las evaluaciones son valiosas

No debemos dar la impresión de que la mayor parte de las evaluaciones son deficientes, porque no sería verdad. Seguramente, la mayoría son acertadas, sirven para mejorar los manuscritos y mejoran la ciencia en general. También es evidente que son un buen filtro para trabajos carentes de cualquier relevancia. Pero queríamos dejar claro que los autores tenemos la obligación de prever que nuestro trabajo puede ser rechazado incluso teniendo razones legítimas para creer que nuestra investigación es de calidad.

Por supuesto, nuestro manuscrito puede ser rechazado porque presenta deficiencias reales que, por alguna razón, no fuimos capaces de detectar. Lo mejor que nos puede pasar es que sean subsanables en una nueva versión del artículo que podemos enviar a otra revista. Si los evaluadores han hecho un buen trabajo y han razonado bien dónde están estas deficiencias, la nueva versión será mucho mejor y sus posibilidades de ser aceptado en la nueva revista habrán aumentado.

¿Cuántas revistas candidatas?

¿En cuantas revistas debemos pensar? Lo ideal sería tener preparadas tres o cuatro revistas, pero con la esperanza de no tener que usar más de una o de dos. De nuevo, recurriendo a nuestra experiencia, aunque es cierto que no debemos «tirar la toalla» ni con el primer rechazo ni con el segundo, a partir del cuarto rechazo, seguramente lo más sensato es pensar en dar otra salida a este material.

Si llegamos a un cuarto rechazo implica que al menos 8 expertos han dicho que nuestro trabajo es pobre. Es una señal demasiado potente, incluso contando con posibles fallos en los evaluadores, como para ser ignorada.

Proceso

Vamos a indicar varios procedimientos para la selección de nuestro grupo de 3 o 4 revistas candidatas, empezando por los más evidentes:

  • Consejo de expertos de confianza. En el caso de un manuscrito de una tesis por compendio, la primera fuente de confianza es el director o directores de la tesis. Como expertos en el ámbito, seguramente tienen bien identificadas las principales revistas del área de nuestra investigación. En este apartado podemos incluir, por supuesto, el consejo de otros colegas de confianza con buena experiencia en publicación en nuestro ámbito.
  • Las revistas más relevantes que han aparecido en revisiones de la literatura. Seguramente, como parte del proyecto de investigación hemos llevado a cabo una o más revisiones de la literatura. En ellas probablemente hemos observado algunas revistas recurrentes en nuestro tema.
  • Por consulta de bases de datos o repertorios temáticos. Para el ámbito de las ciencias sociales y las humanidades, podemos consultar Scopus, Web of Science, Scimago y ERIHPLUS, así como en el caso de nuestro país y LATAM, DialnetPlus. En el caso de la comunicación social, podemos consultar GRECOS, una lista de revistas especializadas en comunicación.

Criterios para seleccionar revistas candidatas

Puede suceder que tengamos más de tres o cuatro revistas candidatas, o que incluso aunque tengamos justo ese número idóneo, necesitamos decidir un orden de envío. Puesto que solo podemos enviar el manuscrito a una revista cada vez, nos irá bien tener criterios para establecer preferencias. Lo ideal sería poder elegir la revista por el tema y por la calidad editorial de la revista. Pero casi todo en la comunicación académica es mucho mas complicado.

Los criterios que nos parecen más importantes, sin que nos comprometamos a decir que el orden es significativo, salvo quizás el primero, son los siguientes:

  • Temas y metodologías. El tema o ámbito de la revista es el criterio más evidente. Incluso, por honestidad científica, debería estar por encima de otros como el cuartil. Nuestra obligación es enviar el manuscrito a las revistas que más y mejor se centren en el tema de nuestro manuscrito ya que será la forma de que tenga más posibilidades de ser leído por otros especialistas en la materia, o por profesionales del sector. Es evidente que a igualdad de los demás factores, será razonable preferir una revista de mayor índice de impacto, pero el tema o ámbito de la revista debería ser el primer factor. Otro aspecto relacionado son las metodologías. Algunas revistas no declaran preferencia por ninguna metodología en concreto, pero otras pueden señalar algunas como preferidas o incluso pueden declarar que rechazan artículos de determinadas metodologías. Los números monográficos a través de llamadas para artículos (Call For Papers, o CFP) son otro elemento importante de decisión. Si nuestro trabajo encaja en una CFP, esto puede ser una oportunidad.
  • Periodicidad. A igualdad de otros factores, notablemente, el temático, en general, a igualdad de otros factores, preferiremos revistas con al menos dos números al año. Si tienen cuatro o más, aún mejor.
  • Idioma. El idioma internacional de la ciencia es el inglés. De esto no debemos tener ninguna duda. A partir de aquí una recomendación simple podría ser elegir siempre que sea posible revistas que publican en ese idioma. Esto no significa que haya que elegir revistas que solamente publiquen en ingles. Si nos conviene, adelante. Pero es importante tener en cuenta que, en ciencias sociales y humanidades también tiene sentido la ciencia nacional y no deja de ser una oportunidad poder publicar en estos idiomas nacionales. Por otro lado, cada vez son más las revistas a las que, aún pudiendo enviar el manuscrito en nuestro idioma, una vez aceptado, éste se puede publicar también en inglés.
  • Obertura. Debemos preferir revistas que, o bien sea open access de forma nativa (via dorada), o bien contemplen políticas de open access a través de políticas híbridas o mediante la llamada vía verde que permite el autoarchivo. En este último caso, conviene asegurarse de que la liberación del artículo para autoarchivo no necesite plazos abusivos. Actualmente, muchas revistas permiten el autoarchivo al día siguiente de la publicación o en plazos muy cortos, con la limitación de no poder usar el formato final de la revista, sino el de los autores con los últimos cambios incorporados.
  • Indexación de la revista. Cuanto mejor indexada esté la revista, mayor visibilidad potencial para nuestro artículo, así que es un elemento importante. Las revistas más importantes están indexadas en Scopus o WoS, pero también son muy importantes las revistas que están indexadas en bases de datos como ERIHPLUS y DOAJ. Para nuestro país y LATAM, DialnetPlus es también muy relevante. Por su parte, el importante repertorio MIAR (UB) nos puede informar en detalle de la indexación de cada revista, a la que asignan un índice que nos señala su visibilidad potencial para nuestro trabajo.
  • Requerimientos de la tesis, el proyecto o la acreditación. Nos guste o no, además de los criterios anteriores, en muchas ocasiones no tenemos verdadera elección. Si los artículos que forman el compendio en una tesis doctoral deben cumplir determinados criterios de indexación, estos son los que debemos considerar. Lo mismo sucede en cuanto a la apertura. Algunos organismos financiadores de proyectos, exigen que los resultados de las investigaciones se publiquen en revistas open access o que contemplen vías de autoarchivo. Otro factor son las exigencias de los procesos de acreditación o evaluación de carreras académicas. Tendremos que considerar esto entonces, y así en cualquier otro requerimiento del contexto de nuestra investigación.
  • Índice de impacto. Para muchos, sin duda, es el primer o segundo criterio. Y si las condiciones de la acreditación en las que pueda encontrarse el autor son determinantes, es lógico que sea así. No es el primer criterio científico, ni tampoco el más racional. Pero tampoco es injustificado. Tiene bastante lógica perseguir la publicación en revistas bien situadas en los índices de impacto, lo que nos lleva en tal caso a preferir revistas situadas en los denominados Cuartil 1 o Cuartil 2 (Q1, Q2 en argot) y revistas indexadas en bases de datos como Scopus o WoS. Declaraciones como DORA y Leiden nos dicen que el cuartil es un indicador a nivel de revista, no de artículo. No dice nada por tanto de la importancia del artículo. Esto iría más bien a cargo de las citas recibidas, por ejemplo. Pero si un investigador está en proceso de acreditación o de evaluación para mejorar su contrato, no tiene más remedio que considerar lo que sus agentes evaluadores (su departamento, una agencia gubernamental, etc.) exigen en este terreno a la hora de seleccionar a qué revistas mandar sus trabajos.
  • APC. Por último, pero no por ello menos importante, tenemos los APC o Article Processing Charge. Algunas revistas son de tipo open access nativo a través de cargar los costes de publicación a los autores, En la próxima entrega hablaremos de ello con detalle. Baste con decir, que si no podemos cargar los APC a un proyecto, o la revista no contempla exenciones en estos casos, el coste de los mismos es lógico que se tenga en cuenta. La preferencia entonces, lógicamente, será por revistas con APC más bajos o, aún mejor, que no tengan APC. El rango de precio de los APC parte de unos 1.000 euros hasta los 3.000 o más en revistas de editoriales internacionales. Hay otro tipo de costes que no siempre se declaran como APC, pero que son costes que hay que cubrir igualmente, así que también hay que tenerlos en cuenta. Algunas revistas en lugar de declarar APC establecen costes por maquetación y/o por traducción. En estos casos, el rango es algo menor, ya que puede ir de los 400 a los 900 euros.

Examinar números recientes y citar artículos científicos

Además de los criterios anteriores no tendría sentido elegir una revista como candidata sin antes examinar al menos los dos últimos números de la misma. Se trata de una exploración en la que no es necesario leer los artículos, pero sí examinar al menos el título y el resumen de los artículos de investigación publicados en los dos últimos números. Si alguno de estos trabajos muestra alguna afinidad con el nuestro, entonces es buena idea examinar estos artículos con el detalle que merecen.

Esto nos lleva a la siguiente duda: ¿es conveniente citar artículos de la revista a la que vamos a enviar el manuscrito? La respuesta es ambivalente, porque es sí y no a la vez.

Veamos primero el no. Nunca debemos citar artículos si no tienen relación directa con nuestro trabajo. Además, a las revistas no les conviene tener una alta tasa de autocitaciones, porque pueden ser expulsadas de las bases de datos internacionales. Por tanto, en virtud de estos criterios, la respuesta corta es no, y la más matizada es no necesariamente.

Ahora el sí. Es perfectamente posible que nuestro manuscrito contenga citas a artículos de la revista a la que vamos a enviarlo de manera «natural». Por razones elementales, estas citas deben quedarse donde están. Además, es posible que al examinar la revista para decidir el envío, descubramos algún trabajo de interés que tenga relación directa con nuestro trabajo, entonces, por supuesto es buena idea incorporarlo. En virtud de estas consideraciones, la respuesta corta es ; y más matizada en este punto es: pero no en un número muy alto.

Una regla simple es que convienen que nuestro manuscrito contenga al menos una o dos referencias de la revista a la que vamos a enviar el manuscrito. Pero hay que insistir en que el criterio principal es la adecuación de estas citas al tema del manuscrito. Es mucho mejor no poner ninguna antes que ponerlas a martillazos. Todas las referencias deben estar mencionadas en el cuerpo del trabajo y esta inclusión debe responder escrupulosamente a una justificación temática intrínseca que conecte la cita de forma adecuada con el contexto de la misma.

Dónde no debemos mandar jamás un manuscrito

Con todo esto, nos queda por decir dónde NO enviar jamás un manuscrito. Para ello, debemos decir unas palabras sobre las revistas depredadoras. Se trata de falsas revistas académicas en donde todo o casi todo es un fraude. Solo pretenden cobrar APC a los autores incautos.

Para evitar las revistas depredadoras debemos preferir revistas y editoriales conocidas por los expertos a los que podamos consultar, entre los que podemos incluir no solo nuestros colegas, sino el personal bibliotecario de nuestra institución, o revistas que estén indexadas en bases de datos como las mencionadas más arriba.

En esta entrada solo pretendemos dar una señal de alerta sobre esta lacra de las revistas depredadoras. Los interesados en profundizar pueden consultar esta entrada:

Manuscrito

Sobre el manuscrito, hemos hablado in extenso en las dos primera entregas de esta serie (primera y segunda). En esta que tiene el lector delante, el manuscrito vuelve a aparecer porque necesitamos reseñar algunos aspectos muy importantes:

  • Aprobación de los autores. El manuscrito que se vaya a enviar a la revista debe haber recibido la aprobación explicita de todos y cada uno de los autores. En el punto siguiente se vuelve sobre este punto.
  • ¿Quién puede ser autor? Las revistas, las agencias de evaluación y la propia ética nos dicen que para ser autor, se deben cumplir tres condiciones: (1) haber participado en el diseño de la investigación o en la toma de datos o en su análisis; (2) haber participado de forma sustancial en la revisión o en la redacción del manuscrito; (3) haber dado la aprobación a la versión final del mismo. Las tres condiciones deben cumplirse (el lector interesado tiene en esta entrada dedicada a la autoría y orden de firma una discusión mucho más detallada).
  • Orden de firma. El orden en el que aparecen los autores debe haber sido claramente pactado antes de enviar el manuscrito y debe seguir, preferentemente, una de estas tres convenciones:
    • El orden indica importancia de la contribución, con el primer autor como el más importante, y después orden decreciente de importancia.
    • Primero y ultimo autor, misma importancia. Autores intermedios importancia decreciente.
    • Todos los autores igual importancia, lo que se suele indicar siguiendo un orden alfabético.
  • Adaptación «religiosa» a las normas de la revista. No se debe enviar ningún manuscrito sin haber llevado a cabo un escrutinio total y sistemático de las instrucciones de la revista al respecto. Estas instrucciones incluyen aspectos formales, de extensión, de registro de lenguaje, de uso de tablas y gráficos, de anonimización, etc. Es imperativo seguir escrupulosamente todas y cada una de las indicaciones en todos los apartados. Antes de mandar el manuscrito procede un chequeo sistemático de estos aspectos.
  • Autor de correspondencia. El autor de correspondencia es el que se va a ocupar de todo lo anterior, así como de subir el artículo a la plataforma de la revista y de mantener la relación con los editores. Es muy importante pactar quién será este autor. Normalmente, es el primer autor, pero no tiene porqué ser así. En todo caso, debe quedar meridianamente claro cual de los autores asume esta importante tarea.

Título, resumen y palabras clave

Algo de lo que corresponde hablar aquí también es de estos tres componentes que suelen ser ignorados pese a su importancia decisiva:

  • Título
  • Resumen
  • Palabras clave

En muchas ocasiones, los lectores potenciales del artículo solamente tendrán a su disposición esos tres elementos, y no el artículo completo. Por tanto, posibles lecturas y citas posteriores dependerán del cuidado con el que se tratan estos componente. Por tanto, es muy importante dedicarles toda la atención. La tabla siguiente los examina con cierto detalle:

ComponenteExplicación
TítuloEl título debe centrarse en el tema y objeto de estudio y opcionalmente puede mencionar la metodología. Según los análisis de SEO académico los títulos cortos son preferibles en general y también los que son asertivos (no en forma de pregunta). Aparte de estos aspectos generales, la adaptación del título a la revista puede venir determinado por el énfasis puesto en determinadas facetas del tema u objeto de estudio, para que las preferencias temáticas o las orientaciones preferentes de la revista queden bien recogidas. Las tres preguntas de chequeo con las que hay que comprobar la calidad de un buen título según la Web of Science Academy (2022) son las siguientes:
· ¿El título transmite las características clave del artículo?
· ¿Es probable que el título despierte interés y anime al lector a leer más?
· ¿El título exagera el alcance o los hallazgos del estudio?

Naturalmente, la respuesta a las dos primeras preguntas deben ser sí. De no es así, debe corregirse hasta que podamos responder afirmativamente. La tercera pregunta, y esto es fundamental, debe ser NO. Un título que exagere los hallazgos o el alcance del trabajo atraerá la atención -y esto es bueno- pero causará frustración y enojo en los evaluadores y esto significará un rechazo seguro de un trabajo que, con un título más equilibrado, podría ser aceptado.
Una cuarta pregunta que nosotros añadiríamos (las tres primeras son de la Web of Science Academy) es la siguiente:
· ¿El título recoge el aspecto clave del artículo o aquello que le otorga su principal valor?
La primera de las preguntas debería valer para esto mismo. Pero, en ocasiones, los títulos son tan neutralmente expositivos que pasa desapercibida su verdadera aportación y esto constituye también un peligro. Podemos condicionar negativamente toda la lectura del artículo por parte de alguno de los editores o evaluadores si el título no acierta a poner este valor en evidencia.
Responder adecuadamente a estas preguntas de chequeo no es una tarea fácil. La tentación de liquidar la cuestión de forma rápida, después de todos los esfuerzos de la investigación es grande. Pero hay que dedicarle tiempo. Quizás sea conveniente probar con varios títulos, comentarlos entre los autores, debatir sus pros y contras, e incluso quizá volver a repensarlo después de uno o dos días.
ResumenLa primera de las recomendaciones aquí es atenerse estrictamente a lo que disponga la revista, si es el caso. Estas disposiciones pueden referirse al número máximo de palabras del resumen, e incluso a su estructura (por cierto, todas las revistas deberían exigir resúmenes estructurados, pero no es el caso). Si la revista no señala nada al respecto, el tamaño más habitual es de 200 palabras. Aparte de las posibles indicaciones específicas de cada revista, es importante redactar cuidadosamente el resumen de modo que incluya los aspectos clave del manuscrito, la oportunidad de la investigación, el objetivo principal, la metodología utilizada (si se considera relevante) y los puntos esenciales alcanzados en los resultados, expresado todo mediante frases con un registro asertivo. Se desaconseja utilizar abreviaturas o referencias y debe tener entidad en sí mismo como lectura autónoma.
Palabras
clave
Como en el caso anterior, las revistas suelen especificar un número máximo (y a veces un mínimo) de palabras clave. El rango habitual está entre 4 y 8 palabras clave. Como en el caso anterior, es muy importante elegir las palabras clave de forma adecuada pues van a influir en la visibilidad del trabajo. Además del criterio lógico, esto es, que represente bien el contenido del artículo, podemos pensar por cuales palabras clave nos gustaría que fuera encontrado nuestro artículo (siempre que reflejen con fidelidad el contenido, claro). Candidatos para las palabras clave que hagan referencias a características del objeto de estudio, el contexto relevante del mismo, los materiales y los métodos.

Revisiones de artículos científicos

Para lo que sigue, presentamos una síntesis de un trabajo más extenso publicado anteriormente (Codina, 2020), que los interesados pueden consultar en esta entrada dedicada a discutir in extenso cómo responder a los informes de evaluación.

El resultado de una evaluación por pares suele consistir en alguna de estas tres situaciones:

  • Rechazo, esto es el artículo no será publicado debido a que los evaluadores coinciden en considerar que el trabajo no es adecuado para su publicación. Como es lógico esta es la fuente de mayor frustración, pero incluso esto es una oportunidad, como intentaremos argumentar después.
  • Aceptado con cambios menores. Hay coincidencia entre los evaluadores de que el artículo es valioso y debe ser publicado, pero uno o más de los evaluadores proponen cambios que afectan a la redacción, el formato y, en general, cambios que no afectan al núcleo ni de la investigación ni del artículo.
  • Aceptado con cambios mayores. Los evaluadores coinciden con que el artículo es potencialmente valioso, pero uno o más de ellos propone cambios considerados importantes. En tal caso, la aceptación final del artículo queda condicionada a la capacidad de los autores para tratar estos cambios y trasladarlos a una nueva versión del artículo.

Aceptación condicionada a cambios mayores

Esta es la clase de respuesta que exige la máxima capacidad de reacción eficiente por parte de los autores por eso nos centramos en esta. Es, por supuesto, la que implica el mayor desafío intelectual, razón por la cual es la que debemos tratar con el mayor cuidado y el mayor grado de autoexigencia. Publicar en revistas de calidad no tiene porqué ser extremadamente difícil. Pero lo que está garantizado es que no es fácil.

Estrategia de actuación

Los dos principales enemigos de una reacción adecuada a una revisión que incluye cambios mayores son la procrastinación, y si va acompañada por la frustración y un ego herido, aún peor. La primera reacción casi inevitable es el rechazo a considerar siquiera las propuestas, pero si siguiéramos por ese camino, esto es, negandonos a considerar los cambios propuestos, nos vamos a estrellar.

La segunda reacción puede ser la tentación de tirar la toalla: «si tantas objeciones nos ponen, retiramos el trabajo». Pero no hace falta decir que esta última sería un error monumental y no debemos considerarla nunca. Si alguna vez ha sentido esta tentación, no se culpe demasiado, piense que afectó al mismísimo Einstein, quien retiró, ofendido, un artículo al recibir el informe de evaluación.

Así que, para tratar estos posibles problemas de actitud iniciales, vamos a proceder de la siguiente manera:

  • En primer lugar, evitaremos las precipitaciones, pero con igual cuidado evitaremos la procrastinación. Es vital ocuparse de la evaluación lo antes posible. Primero, porque si dejamos pasar mucho tiempo perderemos el impulso (el momento, que diría un físico) y la motivación, y segundo porque los editores suelen dar un plazo breve para mandar la nueva versión del artículo.
  • Lo anterior es especialmente adecuado si nos sentimos muy seguros sobre nuestras respuestas. En cambio, si nos sentimos a la defensiva u ofendidos por los comentarios de los evaluadores, es mejor dejar la lectura para más adelante (pero no mucho, recordemos el primer punto).
  • En todo caso, es importante leer con toda atención las objeciones, y si hace falta las leeremos dos veces, hasta estar completamente seguros de entender perfectamente el alcance de cada una de ellas, sobre todo de las más críticas. Releer las objeciones nos ayudará a refinar nuestras respuestas, encontrando así la mejor versión posible de las mismas.
  • Antes de dar por sentado que rechazará una objeción, piénselo dos veces, Nuestra reacción espontánea puede que vaya en esa dirección, sin embargo, aceptar una objeción puede ser mucho más una oportunidad que otra cosa. No obstante, si cree, después de considerarlo con mucho cuidado, que debe rechazar una objeción, hágalo así y concentre sus esfuerzos en dar las razones para la misma.
  • Además de consensuar todo con los coautores, podemos consultar con colegas de confianza si tenemos dudas o en todo caso para afianzar nuestras respuestas. La actividad científica es un trabajo colaborativo y esto se manifiesta también de esta manera.

Tabla con observaciones y respuestas (tabla OyR)

El siguiente paso, una vez armados de la actitud adecuada, consiste en preparar una tabla donde trasladaremos todas las objeciones y propuestas recibidas. La razón es que, si en algo insisten las recomendaciones de las mejores editoriales a sus autores, es en que deben dar cuenta de todas las observaciones recibidas.

Nada mejor, ni más transparente, ni más persuasivo que montar una tabla a estos efectos. La llamaremos Tabla OyR (por Observaciones y Respuestas). Su función es doble, ya que consiste en:

  • analizar de forma adecuada todas y cada una de las observaciones presentadas por los evaluadores;
  • demostrar que hemos sido capaces de ocuparnos de todas las observaciones y de dar respuesta a cada una de ellas.

Es importante entender que el editor de la revista, la persona ante la cual debemos responder, actúa como representante de los intereses de la revista y de sus lectores, y por tanto está interesado en publicar trabajos de calidad, de modo que será al primero al que debemos convencer de que hemos sido capaces de dar respuesta adecuada a todas las objeciones.

En algunos casos, el editor decide a partir de esta respuesta, pero puede volverá a solicitar la opinión de los evaluadores en una segunda ronda, por tanto, también tendremos in mente la necesidad de convencer a los evaluadores en nuestras respuestas. Dos cuestiones muy importantes en todo el proceso:

  • Demostrar que nos hemos tomado muy en serio las observaciones y que tenemos capacidad para responderlas a todas, ya sea aceptándolas o rechazándolas, en este último caso, de forma especialmente razonada.
  • Mantener en todo momento un registro de lenguaje muy educado y respetuoso en nuestras respuestas. Incluso es buena idea agradecer explícitamente aquellas que sena especialmente acertadas y que ayudan a que nuestro manuscrito sea mejor.

Como sea, la tabla OyR puede tener la siguiente estructura:

  • Una fila por cada una de las observaciones atómicas de cada uno de los evaluadores (entre 2 y 3, típicamente).
  • Una columna para las observaciones de los evaluadores y otra para nuestra respuesta, además de una columna para poder numerar cada observación para facilitar luego la forma de referirnos a cada observación. El resultado posible lo muestra la imagen siguiente:
Modelo de tabla OyR para analizar y responder objeciones y observaciones de los evaluadores

El siguiente paso, obviamente consistirá en tomar cada una de las evaluaciones y analizarlas minuciosamente, párrafo a párrafo, a fin de identificar y separar cada objeción unitaria y asignarla a una de las filas de la tabla. Esta tarea la puede llevar a cabo en primer lugar el autor de correspondencia (normalmente, el primer autor) pero luego deberá consensuarla con los demás autores.

La tabla es sobre todo un instrumento de trabajo interno. Como veremos más adelante, puede enviarse, convenientemente adaptada, junto con el artículo si lo vemos adecuado. Si la revista pide una lista de cambios, podemos extraer esta lista de la tabla, y no hace falta manda la tabla como tal. Otras revistas en lugar de lista de cambios, piden un documento con el control de cambios activado, o con los cambios destacados de alguna manera, etc.

Response letter

La carta de respuesta o response letter, es el escrito que se envía al editor de la revista junto con la nueva versión de nuestro artículo. Tendrá estos componentes:

  • Una breves palabras de agradecimiento por la labor de los evaluadores, nunca estará de más, especialmente si, en efecto han hecho un buen trabajo, como sucede con frecuencia.
  • La nueva versión del artículo. Hay que tener en cuenta que algunas revistas exigen que los cambios estén marcados, por ejemplo, mediante control de cambios.
  • Si se considera conveniente, se pueden dar informaciones sobre la nueva versión del artículo. En estas consideraciones podemos poner de relieve los cambios principales que hemos llevado a cabo.
  • En lugar de una nueva versión con control de cambios, nos pueden pedir el nuevo documento en formato final pero con una lista de cambios. Podemos enviar la tabla OyR con todas las observaciones contestadas, una a una, independientemente de que las hayamos aceptado o no, o en su lugar preparar una lista solo con los cambios efectuados.

Estrategias a seguir según el tipo de objeciones

En los apartados precedentes hemos visto el resultado final de nuestro trabajo de respuesta a los evaluadores. En lo que sigue, vamos a considerar las cuestiones estratégicas que nos pueden conducir a este objetivo.

En primer lugar, vamos a distribuir las observaciones de los evaluadores en función de su ubicación en dos ejes diferentes:

  • Primero: ¿las objeciones o propuestas de los evaluadores las consideramos acertadas?
  • Segundo: ¿las objeciones o propuestas implican una nueva investigación?

¿Acertadas o desacertadas?

Para decidir sobre el primer eje, a saber, si las objeciones u observaciones de los evaluadores son acertadas, se supone que contamos con nuestra propia capacidad como autores. Al fin y al cabo, por algo hemos escrito un artículo sobre un tema determinado y lo hemos enviado a una revista científica, así que algo debemos saber sobre el mismo. Opcionalmente, en caso de duda, siempre podemos pedir consejo a un colega.

En el caso de una tesis por compendio, el director de la misma puede cumplir perfectamente esta función. Si el artículo tiene varios autores, esta forma de inteligencia colectiva también debería ayudar mucho.

En cualquier caso, no suele ser increíblemente difícil reconocer las recomendaciones desacertadas. Suelen ser el resultado de evaluadores que, o bien conocen mal la metodología utilizadas y hacen recomendaciones incompatibles con la misma, o bien desconocen lo esencial del objeto de estudio y hacen propuestas inverosímiles.

¿Análisis adicionales o nueva investigación?

Sobre el segundo eje: algunas propuestas pueden ser acertadas pero pueden implicar a la vez llevar una investigación diferente de la que está siendo objeto de evaluación. Son frecuentes, por desgracia, los casos en lo que el evaluador pierde de vista que su misión no es ampliar el alcance del trabajo, sino evaluar lo que tiene ante él. Las normas del COPE Council (2017) son muy claras en este punto:

It is not the job of the reviewer to extend the work beyond its current scope

COPE Guidelines

La siguientes es la captura del punto concreto de las COPE Guidelines (COPE Council 2017) que hemos citado más arriba (enlace en la imagen y en la bibliografía):

Cita literal: ...It is not the job of the reviewer to extend the work beyond its current scope.
Fuente: COPE Council 2017. Clic para acceder.

Para decidir sobre el segundo eje, nos podemos hacer las preguntas que plantea el COPE en su guía sobre ética de la evaluación:

  • ¿el evaluador propone análisis adicionales para mejorar la claridad del trabajo? o,
  • ¿el evaluador propone una extensión del mismo más allá de su alcance actual?

La primera propuesta puede estar justificada, en cuyo caso deberemos intentar aplicarla lo mejor posible. Pero la segunda no, y por lo tanto podemos rechazarla.

Otra forma de decidir es considerar:

  • ¿nos están proponiendo cambiar el objeto de estudio?
  • ¿nos está proponiendo utilizar otra metodología?

En los dos casos estaríamos en la misma situación: el evaluador está sobrepasando sus funciones, ya que plantea una investigación diferente, cosa que escapa a sus funciones.


Una nota para investigadores noveles: si se están preguntando algo así como, ¿pero porqué diablos un evaluador va a proponer un objeto de estudio distinto u otra metodología en lugar de centrarse en evaluar el trabajo tal como es?, o ¿en nombre de qué se considera autorizado a poner cambios que harían que la investigación fuera otra totalmente distinta?, pues nosotros también nos lo preguntamos. Podríamos aventurar algunas respuestas, pero lo dejamos aquí y no nos metemos en un jardín.


Problemas éticos: recomendar citaciones

Una situación relativamente frecuente ocurre cuando un evaluador recomienda añadir referencias determinadas como parte de sus recomendaciones. Esto, por supuesto, puede obedecer a una motivación oportuna, esto es, puede estar detectando un hueco real en las referencias utilizadas en el manuscrito. En este caso debe ser tenida en cuenta. Pero también puede esconder un abuso. Aunque no muy frecuente, puede suceder que los evaluadores aprovechen su rol para obtener citas propias o para su grupo.

La recomendación de los expertos (cf. Web of Science Academy) es que las recomendaciones para añadir referencias solo se deben hacer si NO condicionan la aceptación del artículo. Si los autores detectan escasa adecuación de las referencias, y presumen a la vez que la aceptación de su trabajo corre peligro en caso de no incluirlas, deben reclamar la protección de los editores y denunciar la imposición del evaluador.

A modo de conclusiones: el problema del amateurismo en la comunicación académica

Aparte de cuestiones éticas, otro problema que no tiene sentido soslayar es que buena parte de los evaluadores y de los editores hacen su labor sin formación específica en comunicación académica.

Cierto que, hasta donde sabemos, no existe una formación reglada en estos temas, al menos no de manera tan habitual como la podemos encontrar en otros ámbitos de la ciencia.

Pero esto no es obstáculo para que, quienes se dedican a estos temas pongan en marcha su capacidad intelectual para buscar formación por su cuenta por un mero sentido de la responsabilidad. En este sentido, por suerte abundan tutoriales y guías solventes.

En la bibliografía los interesados tienen al menos cuatro buenos manuales: Abadal, 2017; Anderson, 2018; Baiget, 2020 y Hames, 2007. A estos podemos añadir la oferta de formación que representan algunos organismos vinculados con la comunicación académica, como es el caso de las varias veces mencionadas COPE Guidelines y la oferta de formación de la Web of Science Academy. Además, hay otras como las que proporcionas algunas revistas y editoriales científicas (ver el apartado Enlaces útiles).

Por si fuera poco, el mundo de la comunicación académica es de los más impredecibles del mundo (un intento elegante de decir que está lleno de sesgos injustificados, manías y prejuicios), a veces con cada revista y cada evaluador inventando reglas, aunque vayan contra la evidencia.

De nuevo, para ser honestos, debemos señalar que la mayor parte de las evaluaciones son adecuadas y contribuyen a mejorar los manuscritos. Es decir, el sistema peer review ha contribuido históricamente a mejorar la ciencia. Son mucho mayores sus beneficios que sus problemas y, aún con todas sus deficiencias, es insustituible.

Es solamente que cuando se produce una evaluación deficiente, para el afectado es lo de menos que sea parte de una minoría, porque el efecto es devastador. Creo que todas las personas estamos más o menos preparadas para asumir críticas demoledoras si son certeras, pero creo que casi nadie está preparado para cuando son arbitrarias.

Dicho esto, todos podemos equivocarnos. Un evaluador honesto y concienzudo puede poner objeccions equivocadas, y un autor puede interpretar mal observaciones que están justificadas. Al final, nos movemos en el escenario de siempre: seres humanos limitados intentando solucionar problemas con medios limitados.

Ojalá las revistas pudieran exigir un día que sus evaluadores hayan cursado algun tipo de formación en peer review y en comunicación académica. El escenario de seres humanos limitados intentando solucionar problemas con medios limitados quedaría mejorado suavemente. Por soñar, que no quede.

Referencias

Enlaces útiles

Elsevier

Emerald

Enago Academy

Springer

Web of Science Academy

Otras entradas sobre el tema