Debido a la súper abundancia informativa que constituye la Web se están produciendo dos fenónemos que afectan a los medios de comunicación y de paso (¡qué casualidad!) a los periodistas:
- El primero lo podemos denominar «la información es gratis». El precio de la información se mantiene constatemente cercano a cero. En consecuencia existe una fuerte fricción ante los productos de pago en el mundo de la información.
- El segundo lo podemos denominar «la fuente no importa». Alguien podría decir que el término debería ser «la marca no importa». Esto quiere decir, que aunque aún hay mucha gente para la cual la marca importa, o sea, van expresamente a la web de medios de gran calidad periodística como El País, La Vanguardia, The Guardian o The New York Times, cada vez más gente tiende a usar agregadores o buscadores como Google News para informarse. Leen noticias y ya está, y no les preguntes quién (o en qué medios) las han publicado.
Las dos únicas formas en la cual las «marcas» (léase El País, La Vanguardia, etc.) pueden aspirar a recobrar el protagonismo central que tuvieron cuando la oferta de noticias era una de sus exclusivas son, a saber, las siguientes: a) destruir Internet; b) hacer algo exclusivo, o sea, algo que solo un medio con recursos humanos bien formados puede hacer.
Si descartamos a), nos queda lo que nunca debieron abandonar y sin embargo en España han abandonado en alguna forma, a saber, hacer periodismo de investigación. Por si hay algún despistado, periodismo de investigación quiere decir tocar las narices al poder; quiere decir denunciar, quiere decir publicar cosas que alguien querría que no se publicaran. Quiere decir, empezar los consejos de redacción con la famosa pregunta del no menos famoso jefe de redacción de la BBC: «¿cómo podemos fastidiar hoy al poder»?.
Pero claro, los rumores no sirven y las teorías conspirativas, menos. Por tanto, todo esto no se puede hacer sin verificaciones, sin hacer búsquedas retrospectivas en bases de datos, sin respetar normas éticas, o sea, estamos de acuerdo que no es nada fácil. Pero aquí está el valor del verdadero periodismo. Se supone que por eso se enseña en la Universidad.
Esta entrada inaugura la sección de sitios dedicados a practicar y/o a dar soporte al periodismo de investigación, la auténtica alma del periodismo, que nunca debió haber sido descuidada. El primero de ellos (sobre el que volveremos):
Investigative Reporters & Editors (IRE):