Redacción de artículos científicos · 4: APC, servicios para autores, SEO académico

Los dos grandes impactos de la investigación científica

Los cargos por costes de publicación, los llamados servicios para autores y el SEO académico son los últimos tres temas con los cuales cerramos esta serie dedicada a la redacción de artículos científicos.

En episodios anteriores…

A continuación mostramos el contexto y los enlaces a las partes ya publicadas antes de pasar a los que nos ocupan en esta cuarta y última entrega:

Primera entrada > ya publicada

  • Naturaleza
  • Fases
  • Autoría

Segunda entrada > ya publicada

  • Estructura
  • Estilo
  • Composición

Tercera entrada > ya publicada

  • Revista
  • Manuscrito
  • Revisiones

> Cuarta entrada <

  • APC
  • Servicios para autores
  • SEO académico

Una vez situado el contexto, vamos a por los temas de esta entrega que podemos ver un poco más arriba.

Article Processing Charge (APC)

Para este apartado, recuperamos en parte contenidos de esta publicación dedicada al open access y temas conexos incluyendo los APC. Estas siglas responden a la expresión Article Processign Charge, o sea, cargo por procesamiento de artículos.

Los APC siempre existen, tanto en revistas tradicionales como en revistas open access, pero se suelen relacionar más con estas últimas, porque algunas de ellas, como modelo de financiación, facturan los APC a los autores. Esto es una fuente continua de malentendidos e incluso de manipulaciones demagógicas. La más conocida de ellas es la que asegura que los autores, además de trabajar gratis para las revistas académicas, en ocasiones tienen que pagar por publicar.

Nadie trabaja a cambio de nada

Procesar un artículo para que pueda ser publicado por una revista científica tiene unos costes asociados, cosa que se suele olvidar cuando algunos se preguntan, no sin ingenuidad, porqué las editoriales reciben ingresos si los autores trabajan gratis.

Es una pregunta ingenua porque las editoriales tienen empleados y proveedores. Los primeros esperan cobrar sus honorarios y los segundos, sus facturas. Para que exista la comunicación académica algunos costes tienen que ser asumidos por alguien. Tres posibilidades:

  • Los asumen los suscriptores: modelo tradicional. No es un modelo exento de críticas ya que va contra la ciencia abierta, por un lado. Por otro, por la sencilla razón de que jamás encontraremos una solución que no genere amargas críticas en el circense mundo académico.
  • Los asumen los autores: modelo open access + APC. Lo veremos a continuación.
  • Los asumen las universidades. Parece el caso, a priori, más neutro, pero no deja de generar críticas (endogamia, burocracia, etc.), ni tampoco implica que no acabe pagando alguien. Lo pagan los contribuyentes si la universidad es pública, o los estudiantes vía matriculaciones, si es privada. Pero siempre paga alguien. Lo contrario sería creer en la parapsicologia.

Los autores tampoco trabajan gratis

Los autores, por su parte, cobran su sueldo de las universidades o centros de investigación en los que trabajan, y dentro de cuyo horario laboral y como parte de sus funciones investigan y escriben sus artículos. Luego no es cierto que los autores trabajen gratis. Esta labor de los autores no es un extra que hacen en su tiempo de ocio. Está en el núcleo de su dedicación laboral por la cual se supone que cobran cada mes. Además, en la mayor parte de las universidades de nuestro entorno, los autores ven mejorados sus contratos a partir de evaluaciones en las cuales la publicación son uno de los puntos clave.

¿Y qué hay de los investigadores predoctorales -se pueden preguntar ustedes-? Algunos de estos tienen becas o ayudas, pero no todos. Los investigadores predoctorales publican artículos como parte de su formación, y a cambio de un número reducido de los mismos, típicamente, entre dos y tres, reciben un título académico de doctor.

El punto importante es que también los investigadores predoctorales obtienen una contrapartida por sus publicaciones: por un título de doctor, que puede ser la puerta que les lleva a nuevos contratos u otro tipo de oportunidades; por otro lado, las tesis por compendio eximen a los doctorandos de tener que escribir cientos de páginas. En resumen, nadie trabaja en el ámbito de la comunicación académica a cambio de nada, por más que lo pueda parecer.

Como norma elemental, salvo en relaciones conscriptivas, cuando veamos que un modelo de funcionamiento se perpetúa en el tiempo y en el espacio, con miembros que tienen una libertad relativa de salir y entrar del sistema, es porque todo el mundo obtiene algo.

¿Quién paga realmente los APC?

Hemos dado todo el tiempo la sensación de que los APC, al ir a cargo de los autores, los pagan estos de su bolsillo. Hay que aclarar que aunque esto puede ser así a veces, no lo es siempre, y seguramente no lo es la mayor parte de las veces. En muchas ocasiones, hasta donde sabemos, los APC los acaban pagando los proyectos financiados, que a su vez, se financian con fondos públicos.

¿Qué cubren los APC?

Entre las partidas de gasto más significativas en las que incurre una revista podemos citar las siguientes (aunque seguro que los editores de revista serían capaces de señalar algunas más):

  • Procesos de evaluación interna y de selección y admisión o rechazo de manuscritos.
  • Procesos de evaluación externa (peer review), relaciones con los evaluadores y el autor de correspondencia.
  • Edición, revisión del estilo y de la ortotipografia de los manuscritos, así como verificación de datos, referencias, etc. una vez aceptados.
  • Envío y revisión de galeradas.
  • Preparación y maquetación del artículo.
  • Publicación en formato digital  y, en su caso, en forma impresa, más gastos de transporte en este último caso.
  • Mantenimiento de la plataforma digital de la revista, incluyendo gestión de DOIs, url permanentes, etc.
  • Acciones de difusión y promoción de los artículos
  • Subvenciones para autores exentos de APC.
  • Atención al público general y a autores y evaluadores.

En el penúltimo punto hemos señalado que algunas editoriales cubren también mediante el APC las exenciones (APC waivers) o descuentos que hacen a autores con menos recursos. Este es un punto de muy importante que deberían contemplar todas las editoriales con APC para incorporar en lo posible elementos de responsabilidad social a su modelo de ingresos.

Todo lo anterior forma parte del así llamado Article Processign Charge o APC. Los APC tienen un importe que va desde varios cientos de euros, hasta varios miles, según países y tipos de revistas. Las revistas anglosajonas suelen tener APC más altos que las de otros países (p.e., las españolas) y las revistas de ciencias, más altos que las de ciencias sociales y humanidades.

El rango de los APC suele ir de unos 1.000 euros hasta 3.000; con unos 1.000 euros como una de la tarifas más habituales, al menos en Ciencias Sociales y Humanidades.

Recomendaciones para investigadores predoctorales

El punto para investigadores predoctorales, si están haciendo una tesis por compendio, es que les conviene cursar doctorados en departamentos o facultades que tengan grupos de investigación reconocidos.

Estos grupos obtienen financiación de manera frecuente y lo habitual es que una parte de esta financiación se destine a cubrir los APC. En general, por la misma razón les conviene tener directores de tesis que formen parte de estos grupos y que participen en investigaciones financiadas, de este modo podrán cargar los APC de los artículos si su investigación forma parte del proyecto.

Si el investigador predoctoral no dispone de la posibilidad de cargar los APC a un proyecto financiado, debe valorar si le compensa afrontar APC para conseguir su doctorado o prefiere elegir revistas libres de ellos. En tal caso, la lógico es buscar revistas open access sin APC (hay donde elegir, por suerte) o revistas tradicionales pero con políticas de autoarchivo lo más abiertas posibles, para poder difundir el artículo fuera de la plataforma de la revista, aunque sea en el formato del autor, y a la vez cumplir con el open access.

Servicios para autores

Creada la necesidad, creada la oferta. Es así como emergen los mercados. Los autores tienen una cierta lista de necesidades que pueden intentar satisfacer por sus propios medios, o que pueden externalizar. En este, como otros, tenemos un mercado que podemos llamar blanco y otro que podemos llamar negro.

El mercado blanco

Al mercado blanco lo llamamos así porque oferta servicios legítimos. entre las más habituales:

  • Buscar e identificar la revista más idónea para cada investigación
  • Revisar el estilo y la estructura del manuscrito
  • Traducir el manuscrito a otros idiomas, normalmente, al inglés
  • Revisat la versión en inglés cuando el autor no es nativo
  • Adaptar el manuscrito a las observaciones de los evaluadores

Algunos o todos estos servicios los cubren empresas independientes, pero también los proporcionan algunas editoriales de revistas científicas. Vemos es que la característica es que ninguno de sus servicios implica escribir el manuscrito. Esto va siempre a cargo de los autores.

Algunos ejemplos son los servicios para autores de Taylor and Francis o Wiley, por lo que hace a editoriales, y los de Enago o Chovet por lo que hace a empresas independientes.

En esta entrada, dedicada a analizar in extenso servicios para autores, con un análisis de siete casos, el lector interesado puede profundizar en el tema.

El mercado negro

No nos detendremos mucho en este. Solo señalar que la oferta de este mercado incluye servicios completamente ilegítimos (por algo hemos dicho que es el mercado negro). No sabemos si, con la legislación en la mano, además de inmorales son ilegales, pero si no lo son, deberían serlo. En este caso, los servicios incluyen la escritura o la compra de artículos y de tesis doctorales a cambio de una remuneración. No tengo constancia, pero además del fraude académico que representan en sí mismos, es de suponer que la mayor parte de estos trabajos consistirán en plagios más o menos elaborados. Algunos de estos servicios, como si así se remidieran, anuncian enfáticamente que sus trabajos están libres de plagio. Por supuesto, dado el fraude inicial que supone vender tesis o artículos, la credibilidad de que no sean trabajos plagiados realmente es cero.

SEO académico

Podemos definir el SEO académico (o ASEO por el acrónimo inglés de Academic SEO), como el conjunto de prácticas que tienen por objeto incrementar el impacto académico y social de las producciones académicas. Para parte de lo que sigue, seguimos un trabajo anterior dedicado al ASEO, al que remitimos a los interesados en profundizar en esta parte.

Aquí, señalaremos que el procedimiento principal por el cual el SEO académico intenta conseguir sus objetivos es mediante la visibilidad de la producción académica. La razón es tan simple que casi produce apuro enunciarlas: para que un trabajo tenga impacto, antes debe ser leído, y para ser leído, antes debe ganar visibilidad, esto es, debe alcanzar con la mayor eficacia posible a su audiencia potencial.

El impacto académico se mide principalmente por citaciones, lo cual está mediado por una relación autor-autor. Es decir, un autor cita trabajos de otros autores. Esta relación está en la base de nuevas investigaciones. A su vez, es la base del progreso científico, dad su naturaleza acumulativa.

Por su parte, el impacto social requiere que el trabajo llegue audiencias más amplias. En concreto, a profesionales y responsables de políticas, pero también a periodistas, políticos y profesores de ámbito no universitarios, siempre según cada caso. Es decir, el impacto social implica una relación entre autores y audiencias amplias, y genera una diversidad de productos, entre los que podemos señalar recomendaciones, intervenciones, políticas, guías, buenas prácticas, etc.

SEO académico PRE vs POST

El otro punto que queremos mencionar aquí es que hay al menos dos momentos teóricos de intervención del SEO académico, a saber, antes y después de la publicación de los trabajos.

Pre publicación 

Esta fase interviene durante la producción del trabajo académico, típicamente durante la redacción de los manuscritos. Se refiere a optimizar el contenido del artículo pensando en la indexación y la interpretación del contenido del mismo por parte de los buscadores académicos.

En esta fase, se trata de optimizar el uso de palabras clave en el título, en las keywords, en el resumen y en determinados lugares del cuerpo del artículo, como en las tablas, pies de ilustraciones, títulos de las secciones, etc. De esta fase dependerá que el artículo sea filtrado y considerado relevante para determinadas búsquedas, justo aquellas que utilicen esas palabras clave. 

En el artículo anterior de esta serie dimos indicaciones concretas para el título, el resumen y las palabras clave.

Post publicación

Esta fase aparece una vez el trabajo ha sido producido y hecho público de alguna forma. Tiene dos elementos principales:

  • Propagación
  • Difusión

La propagación consiste depositar (auto-archivo) los artículos en al menos un repertorio abierto una vez publicado por la revista. Puede ser un repertorio institucional (altamente recomendado) como los que suelen tener las universidades, o incluso en el repertorio genérico de la UE (Zenodo) o en repertorios temáticos. Es opcional usar portales procedentes de la iniciativa privada como ResearchGate o Academia.edu.

La difusión consiste en promover la máxima difusión del artículo a través de las redes sociales, tanto académicas como convencionales y proporcionarle así la máxima visibilidad posible. Otras acciones adicionales dependerá de las posibilidades del autor o del grupo de investigación: publicar reseñas en el portal del grupo, p.e., incluirlo en newsletters, etc. De toda esta visibilidad, en teoría, dependerá el aumento de la probabilidad de citación.

El elemento inicial imprescindible: la identidad digital

Aunque lo señalamos al final, es un elemento inicial que incide en la carrera académica de todo autor, desde el inicio de la misma. Consiste en establecer un único formato de autoría, a fin de tener una identidad única como autores, así como en utilizar una firma compuesta por dos ristras.  Adicionalmente, podemos crear perfiles que refuercen esta identidad e incluso que registren las posibles variaciones en nuestro nombre de autor. Para conseguir que toda nuestra producción nos quede debidamente asignada, debemos seguir tres pasos:

Primero: usar únicamente dos ristras como formato para nuestra identidad de autores. Pongamos el caso de un autora cuyo nombre completo (en su DNI) señala María Ángeles Prado Martos (me he asegurado y creo que existe ninguna autora que se llame así). Para convertir este nombre compuesto por cuatro cadenas de caracteres en un nombre formado solo por dos, hay varias soluciones, y todas requieren el uso de guiones altos, para evitar que las bases de datos indexen el mismo nombre de formas diferentes en cada caso. Las opciones lógicas son las siguientes (nombre imaginario):

  • María Prado
  • Ángeles Prado
  • María-Ángeles Prado-Martos
  • María Prado-Martos
  • Ángeles Prado-Martos

Será cada autor quien elegirá la forma determinada en la que combina su nombre y apellido. Si la combinación de un nombre simple y un apellido único le confiere una identidad diferencial, no necesitará otras combinaciones. Pero si no es el caso, es cuando puede usar algunas de las otras mostradas en las que el guion alto será imprescindible.

Segundo: usar siempre las mismas ristras, publiquemos donde publiquemos y sea lo que sea que publiquemos. Por ejemplo, NO publicar a veces como «María Prado» y otras como «María Prado.Martos», etc.

Tercero: registrar nuestro perfil y todas las demás variaciones de nuestro nombre de autor en el sistema de identificación ORCID. Para autores de ámbitos específicos puede ser aconsejable registrarse además en otros sistemas de identificación (pero sin dejar nunca de usar ORCID) así como en las principales bases de datos internacionales WoS y Scopus.

El caso de Google Scholar: solo perfiles curados

Google Scholar merece una consideración específica. Dada su enorme adopción por parte de investigadores de todo el mundo y en prácticamente todas las áreas del conocimiento, es muy útil abrir un perfil en Google Scholar y hacerlo público, como acto de transparencia. También, por supuesto, como parte de una estrategia de «marca» personal.

Ahora bien, en este caso, el compromiso inherente que adquiere el autor que haga público su perfil de Google Scholar, es el de curarlo. No se puede tener un perfil en Google Scholar sin revisarlo regularmente para asegurarse que de que las citas y los trabajos atribuidos corresponden de manera exacta al autor.

O bien, el autor ajusta su perfil de modo que cada nueva cita o cada nuevo artículo debe ser validado manualmente, o bien verifica, uno por uno, cada comunicado automático de nueva cita o de nuevas publicaciones que le lleguen desde Google Scholar. Lo que es inadmisible es hacer publico un perfil y al mismo tiempo tolerar las asignaciones erróneas que Google Scholar va a ir haciendo al mismo de manera aparentemente inevitable, dados los frecuentes errores de su bot. Existe aquí una responsabilidad muy clara de curar el perfil o cerrarlo. También es cierto que la curación tiene otro lado: el de recuperar para nuestro perfil artículos que Google Scholar no ha sabido asignarnos de forma automática. Como sea, la curación siempre debe estar presente.

Conclusiones

En un conjunto de cuatro entregas, hemos intentado ofrecer una amplia panorámica de los aspectos que afectan a la redacción de artículos científicos, incluso considerando temas que quedan un poco antes o un poco después de la propia redacción del artículo. Para facilidad de los lectores, se indican las otras tres entregas:

Como sea, conocer lo mejor posible todas las dimensiones que tiene la redacción de artículos científicos debería formar parte de la formación de cualquier investigador predoctoral. No es realista pretender tener una formación completa como investigador sin conocer también estos aspectos.

Referencias

Enlaces útiles

Elsevier

Emerald

Enago Academy

Springer

Web of Science Academy

Otras entradas sobre el tema